Tras recomendaros el thriller El hombre de las sombras he de invitaros a ver el nuevo Western de Quentin, una película de sobresaliente guión que me sorprendió gratamente desde minuto uno.
Antes de comenzar con la crítica me gustaría adentraros en su historia:
Christoph Waltz es el Dr. King Schultz, un cazarecompensas a sueldo que libera a un esclavo llamado Django (Jamie Foxx) para que le ayude a encontrar a tres de sus próximas víctimas, los hermanos Brittle.
Schultz termina asociándose con él y el desencadenado perfecciona su destreza como cazador con el objetivo de encontrar y rescatar a su esposa Broomhilda, que perdió en el mercado de esclavos hace tiempo.
Ambos llegarán con este fin hasta la plantación Candyland (propiedad de Di Caprio) – tras varios minutos de película -, haciéndose pasar por negreros.
Un film que lo tiene todo
A nivel técnico destaca se mire por donde se mire; tanto la ambientación como la fotografía y la relevante banda sonora es exquisita.
Las actuaciones magníficas; Tarantino demuestra una vez más que sabe seleccionar muy bien el abanico de actores de sus películas. De hecho el propio protagonista, Jamie Foxx, queda algo ensombrecido al estar acompañado de tanta brillantez.
Uno de los personajes sorpresa es el de Samuel L. Jackson, que se mete en la piel de un vigilante de esclavos de lo más odioso, tanto como el hombre para el que trabaja (Leonardo Di Caprio).
Éste último está sublime en su papel de Calvin Candie, un hombre que físicamente pide a gritos un blanqueamiento dental, y en su interior guarda una gran fascinación por la violencia. Adora que sus esclavos peleen hasta límites insospechados.
Tras la aparición del actor que ha afirmado dejar el cine temporalmente, el film de Tarantino da un pronunciado giro, cambiando de ritmo al dar un importante protagonismo a este nuevo personaje.
Casi tres horas de diversion
La primera parte de este film sobre esclavitud no es sólo necesaria y amena sino también magistral; la secuencia inicial nos deja con muy buen sabor de boca con una pequeña dosis de acción y humor.
Quien haya visto otras películas del director será consciente de todo aquello que les caracteriza (violencia, tomas de larga duración, espectaculares planos…). Como era de esperar, en Django desencadenado nada de esto cambia, aunque las escenas más sangrientas aparecen cara al «desenlace» de la película.
De principio a fin, conserva momentos francamente divertidos (alguno que otro digno de ser recordado) y unos estupendos diálogos (cosa que en absoluto esperaba tras haber visto no hace mucho Death Proof). A destacar por cierto el diálogo entre Jonah Hill (sí, habéis leído bien) y Don Johnson en la escena de esas capuchas tan bien agujereadas.