El corredor del laberinto sobrepasó las expectativas, recaudando 340 millones de dólares y convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de taquilla de 2014. Su secuela llegará a la gran pantalla el próximo viernes, dispuesta a superar a su antecesora. En ella repiten tanto el director (Wes Ball) como los protagonistas (Dylan O’Brien, Kaya Scodelario y Thomas Brodie-Sangster), a quienes acompañan por primera vez Aidan Gillen y Giancarlo Esposito, entre otros actores. El corredor del laberinto: Las pruebas comienza donde terminó la primera parte de la saga; Thomas y sus amigos creen estar a salvo y poder descansar tras escapar del laberinto, pero un mayor desafío les espera en un nuevo y apocalíptico lugar llamado “La Quemadura”, donde deberán desenmascarar a las fuerzas superiores de C.R.U.E.L, averiguar qué les depara el [&hellip
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Intensa, entretenida y en cierto modo decepcionante, así es El corredor del laberinto desde mi punto de vista, una película con muy buenas interpretaciones que cumple con su labor de despertar la curiosidad por una segunda parte que, en teoría, llegará a la gran pantalla en cuestión de un año. Pese a contar con un tráiler demasiado revelador y un guión un tanto pobre logra mantener al espectador en vilo, inmerso en un escenario tan brillante como desafiante compuesto por incalculables calles de hormigón vestidas de kilométricas enredaderas. Un laberinto digno de admirar como el trabajo de Wes Ball en lo que a efectos especiales se refiere. Eso sí, determinadas escenas de acción tienen demasiado movimiento de cámara para mi gusto. Y dejo a un lado el apartado técnico para confesar que, muy gratamente, me han [&hellip

El corredor del laberinto, que es también el primer largometraje del polifacético Wes Ball, lleva a la gran pantalla la primera novela de la trilogía de mismo nombre escrita por James Dashner. La que parece ser una sólida adaptación con un clímax bastante emocionante nos invita a viajar con Thomas (Dylan O’Brien) a un enigmático lugar rodeado de altísimos muros donde no sabe cómo ni con qué fin ha llegado. No recuerda quién es y en su memoria solo habita su nombre, y lo mismo ocurre con los chicos de su edad con los que se encuentra. Le cuentan que cada mañana esos muros se separan abriendo paso a un inmenso laberinto por el cual, de noche, circulan aterradoras criaturas denominadas laceradores. Por eso, antes de que llegue [&hellip