Anoche fueron los Oscar. SĂ, fui uno de los que vio la ceremonia a travĂ©s de la ABC americana. Si hay que destacar algo fue el desparpajo de Seth MacFarlane – creador de la irreverente Padre de Familia – como conductor de la gala, empezando muy fuerte y en su salsa: los musicales. Raro que no censurasen algunas de sus ocurrencias sabiendo lo puritanos y moralistas que son sus compatriotas. William Shatner apareciĂł para apoyar al cĂłmico estadounidense y reforzar los continuos gags que se sacaron de la manga para amenizar – absurdo fue el musical sobre cuántas veces hemos visto los pechos de varias actrices en pelĂculas, resultando ganadora Kate Winslet -. A partir de ahĂ, MacFarlane se fue diluyendo hasta quedar en un [&hellip
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Cada año y como antesala de los Oscars de Hollywood, la Academia Británica del Cine reparte los premios BAFTA (British Academy of Film and Television Arts) uno de los galardones más prestigiosos a nivel europeo y mundial. Pese a contar con ciertas similitudes respecto a los gustos americanos, estos premios son concedidos a las pelĂculas que han sido estrenadas en un plazo estipulado en el Reino Unido, por lo que hay veces que suele colarse algĂşn film del año anterior e, incluso, si se da el caso, una pelĂcula reciĂ©n estrenada que no ha pasado por los estrictos filtros de la academia y no optar a dicho reconocimiento. Sin más dilaciĂłn, demos un vistazo al apartado de mejor pelĂcula y sus 5 nominadas de este [&hellip

Creer o no creer, he ahĂ la cuestiĂłn Puesto que fui al cine sin haber leĂdo la novela  de Yann Martel en la que está basada la pelĂcula, me pillĂł por sorpresa el hecho de que su presunciĂłn sea invitarnos a creer en la existencia de Dios. Y es que aunque La Vida de Pi no se ponga especialmente religiosa hasta la segunda parte de pelĂcula, numerosas escenas nos inducen a cuestionarnos la necesidad de creer. Su director, Ang Lee, nos propone conocer a Piscine Patel tanto en el presente como en el pasado. En este Ăşltimo tiempo tiene lugar gran parte del film, donde a consecuencia de una fuerte tormenta, Pi (que asĂ quiso apodarse desde su infancia) termina en medio del ocĂ©ano con la [&hellip