La Jungla 2: Alerta Roja ~ Segundas partes…
Visto el éxito cosechado por Jungla de Cristal, los productores de la FOX no se lo pensaron ni un instante a la hora de crear la secuela de la misma. Sería lógico que para una secuela se encargase un guión original sin ningún tipo de relación con ninguna novela, pero, estamos en Hollywood: contará como punto de partida una novela escrita por Walter Wager titulada 58 minutos.
Como acabo de mencionar, sólo se usaría de refilón el argumento de esta ficción, reelaborando su guión hasta el producto que pudimos disfrutar en 1990. No sólo se pudo observar este cambio dentro de la franquicia, sino que también hubo cambios en la tarea de dirección: se sustituyó al siempre efectivo John McTiernan – padre de las películas de acción – por un desconocido hasta la fecha, el finlandés Renny Harlin.
McClane, el hombre que atrae el peligro
Otra vez estamos junto al policía John McClane. También vuelve a ser navidad. Esta vez nos lo encontramos en el aeropuerto de Washington, esperando a su mujer. Nada más llegar al aeropuerto, un policía le multa por estar en una zona prohibida y, pese a insistir en que es navidad y el coche es de su suegra, no consigue que le retiren la multa.
Visto este panorama, intenta ponerse en contacto con su mujer Holly – llamándole al avión – procurando disimular el pequeño percance con el coche de su madre. El ambiente dentro del aeropuerto es ciertamente bastante agitado, no sólo por el ir y venir de los viajeros, pues también se espera que un general boliviano aterrice en suelo americano para ser juzgado por tráfico de drogas. La prensa se agolpa y la policía no da abasto con el dispositivo.
En otra parte del aeropuerto, un ex militar está al mando para hacerse con el control del lugar para que el general Esperanza no sea finalmente juzgado, estando él al cargo de un pequeño ejército de terroristas.
John presiente que algo va mal, observa movimientos extraños en dos hombres que se dirigen hacia una zona restringida – sólo apta para personal – y decide actuar de inmediato antes de que sea demasiado tarde. Tras un aparatoso enfrentamiento, McClane decide dar parte al jefe de policía del aeródromo, el capitán Lorenzo – un tipo bastante irritante y algo egocéntrico – que pasa olímpicamente de la advertencia del policía interpretado por Bruce Willis.
Al estar en juego la vida de su mujer, recurrirá a un viejo amigo, el sargento Al Powell – interpretado por Reginald VelJhonson, famoso por interpretar a Carl en la sitcom Cosas de casa – para investigar por su cuenta sobre quién era el tipo que le había disparado con un arma singular – un arma de porcelana incapaz de ser detectada por el detector de metales – con las huellas de este desconocido: Al, tras cotejar un par de datos, revela que esa persona lleva dos años muerta, haciendo sospechar a John de un ataque terrorista dentro del aeropuerto.
El policía neoyorkino pone a su disposición esta información al personal de seguridad y al propio aeropuerto, haciéndoles ver que esto no es obra y gracia de unos aficionados, sino de militares experimentados que no tienen bajo ningún concepto escrúpulo alguno. Aún así, al pobre lo mandarán fuera por resultar todo un estorbo – gracias a lo acontecido en la primera película se gana mala fama entre la policía por sus métodos poco ortodoxos -.
A partir de ese momento John McClane – por su cuenta – y el personal del aeropuerto combatirán contra las adversidades que los terroristas pongan en el camino con tal de no lamentar la pérdida de vidas humanas y, también, accidentes de aviación.