A veces la persona a la que nadie imagina capaz de nada, es la que hace cosas que nadie imagina. Escucharás esta frase tres veces a lo largo de The Imitation Game si decides viajar al pasado durante 114 minutos, para conocer parte de la triste vida de Alan Turing de la mano de Benedict Cumberbatch. Morten Tyldum eligió con sabiduría a Cumberbatch para interpretar al que fue matemático, lógico, científico de la computación, criptógrafo y filósofo británico alrededor de 1940. Turing ayudó a descifrar durante la Segunda Guerra Mundial los códigos secretos nazis que contenía la máquina Enigma. Lejos de ser considerado un héroe al salvar millones de vidas, fue condenado por “actitud indecente” al descubrirse su homosexualidad. El galardonado actor también británico que más de un lector/a relacionará con Sherlock, se mete en el papel con una [&hellip